
Simon arrasó durante los años 80, la época de la música y los colores vivos. Precisamente por eso es un juego de mesa electrónico que ayuda a ejercitar la memoria con los sonidos y colores que emite: verde, rojo, azul y amarillo.
Sobre un disco negro con 4 luces de colores, Simon nos reta a memorizar un patrón que deberemos repetir pulsando nosotros mismos la combinación.
El problema es que la dificultad va aumentando, por lo que los jugadores con más memoria se harán con la victoria.