El Día de Sant Jordi es una fiesta en honor al patrón de Catalunya y que, con el paso de los años, ha ido adquiriendo un tono reivindicativo para la cultura catalana. Debido a ello, muchos balcones de las principales ciudades se engalanan con la senyera, tal y como sucede en otras fechas señaladas en toda la comunidad autónoma.
Los elementos centrales de esta celebración son la cultura y el amor, que se representan a través del libro y la rosa respectivamente. En Barcelona, La Rambla es el punto de encuentro principal: se llena a rebosar por los puestos de los libreros y floristas.
La fiesta del Día de Sant Jordi se celebra el 23 de abril, fecha en la que murió el caballero Jordi. El santo, el cual estaba bajo las órdenes del emperador Diocleciano, rechazó seguir la orden de persecución a los cristianos. Por esta negativa, fue martirizado y decapitado. Pronto, lo comenzaron a venerar como mártir y empezaron a aparecer historias fantásticas vinculadas a su figura.
El culto a Sant Jordi fue extendiéndose durante la Edad Media a todos los Países Catalanes, aunque ya existía dicha devoción en el siglo VIII. Desde el año 1456, se trata del patrón oficial de Catalunya.
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