
Leer requiere que todo el tiempo estés recordando cosas. En una novela, tienes que recordar a los personajes, qué ha pasado antes, cómo vienen las cosas. Sobre todo si lees un libro medianamente largo, que puede llevarte varios días.
Eso que pareciera que el cerebro hace de forma automática, en realidad se consigue gracias a un montón de procesos que suceden en nuestra cabeza. Y de nuevo, el cerebro no deja de ser un músculo: el entrenamiento que gana leyendo se mantiene luego y sirve para todo el resto de nuestras actividades.