
Si lloraste a mares cuando viste esta película, no puedes dejar de prestar atención al libro en el que se basa. Corría el año 1992 cuando Chris McCandless, un joven de 24 años, se despoja de todas sus pertenencias con el objetivo de adentrarse en Alaska, vivir en plena naturaleza y alejarse del mundanal ruido. La dureza de la ruta y el desenlace son realmente conmovedores.