
Las bolas de Navidad son uno de los elementos decorativos básicos de cualquier árbol y hogar, no obstante, pocos saben cuál es el origen de las esferas navideñas y por qué las colgamos en nuestros comedores y oficinas.
En sus inicios, los árboles de Navidad se decoraban con manzanas rojas, fruta que representa el pecado original y las tentaciones de Adán y Eva, y también se colocaban velas para simbolizar la luz de Cristo. Sin embargo, esta decoración no era la apuesta más segura, puesto que las manzanas se echaban a perder y las velas tenían cierto peligro. Por ello, con el paso de los años, se empezaron a sustituir las frutas por las ahora conocidas bolas de Navidad, esferas de vidrio, de plástico u otros materiales que acompañan las luces del árbol y otras guirlandas de Navidad.